” [...] Debéis abrazar el silencio en toda su amplitud y en todas sus facetas. El valor del silencio os acerca a la Esencia, a la Fuente primigenia. La Vibración siempre debe ser útil, debe tener propósito. ¿Cuántas veces vibráis sin finalidad alguna? ¿Cuántas veces utilizáis la Voz sin propósito claro? Tan importante es la Vibración con propósito como el Silencio consciente. En vuestro plano estáis rodeados de ruido, de vibración sin propósito definido, y eso interfiere en vuestra comunicación con los planos superiores, e interfiere profunda y dramáticamente en la comunicación con vuestro Yo Superior.
El Silencio es el retorno a la Fuente, al Círculo sinfín del cual todo procede, a lo Sagrado Creador. La Vibración sin la Fuente no es posible, y a la Vibración con propósito se llama Intención. En el Silencio mora toda la Sabiduría pasada, presente y futura, de todos los mundos y de todos los planos. El Silencio alberga todos los secretos velados de lo impronunciable, aguardando a ser descubiertos, con el único propósito de maravillar vuestra experiencia de existencia. La riqueza del Silencio es imperturbable e imperecedera. Pero sólo se puede alcanzar lanzándose de cabeza a la piscina de las profundidades desconocidas y oscuras del Ser, a la piscina de lo innombrable y de lo invisible. Allí os aguardan tesoros maravillosos tales que ni siquiera ahora podéis alcanzar a concebir. Pero por esa razón, aquí y ahora, yo Uriel, os recuerdo el poder del Silencio, poder que en los planos superiores tan bien conocemos y honramos.
Solamente en el verdadero Silencio del Espíritu son audibles las perfectas melodías de cada uno de vosotros. Y cada una de esas melodías vuestras son imprescindibles y complementarias para el propósito cósmico y divino que habéis suscrito. Cada una de vuestras melodías debe oírse clara y nítidamente, sin interferencias ni distorsiones, para que todos juntos forméis el armónico de cierre de ciclo que abrirá las puertas de la verdadera Transformación gracias a una profunda sanación individual, colectiva, terrena, estelar y cósmica.
La Verdad os hará libres, pero la Verdad no la contiene vuestras parciales y limitadoras palabras, sino todo el misterio que el Silencio preserva. Que la antorcha del Silencio ilumine con su Sabiduría todos y cada uno de vuestros corazones. La Luz ya brilla y no fluctúa. Sin embargo debéis empezar a buscar esas cálidas antorchas en la Oscuridad insondable del Cosmos y de vosotros mismos, para reconciliaros con la parte de vosotros mismos que desde hace 2000 años os habéis amputado.
Para la Ascensión debéis ser seres completos y armónicos, y ello sólo es posible cuando abracéis con el mismo Amor tanto a la Vida como a la Muerte. Lo incognoscible es una perta intrínseca de vosotros mismos y debéis aceptarla con el mismo Amor y Gratitud que el resto de vuestras otras partes más visibles. Sed creativos y bailad en silencio en la Noche Oscura. Encended la Noche en todos y cada uno de vosotros. Y de este modo podremos volver a celebrar una nueva Victoria, pues habréis desterrado por fin de vosotros cualquier atisbo, resto o apego de Dualidad, porque por fin os descubriréis vestidos de pura Gloria. Sois tiernamente amados y nos llena de orgullo todos vuestros logros, vuestra Ascensión, vuestra creciente Gratitud y Paz, vuestro recién adquirido nuevo estado de conciencia. Que el Amor nutra cada uno de vuestros pasos. Soy Uriel.”